30 años de una victoria épica
Desde el 22 de Enero hasta el domingo 25 se celebra la 83ª edición del mítico Rallye de Montecarlo. Y al día siguiente, el próximo lunes 26 de Enero, se cumplirán 30 años del comienzo de la edición de 1.985 (que acabó el 1 de Febrero), la que quizá sea la edición más recordada y mítica de esta histórica prueba. Ese año constaba de un total de 3.999 km, de los que 852 eran cronometrados, divididos en 34 tramos (el 17 fue cancelado). Se inscribieron 138 equipos, tomando la salida 117 y finalizando 87.
¿Y por qué? Porque esa edición fue la que, para mi, encumbró a un gran y magnífico piloto, “el rubito de oro”, el gran Ari Vatanen, a la categoría de mito. Esa edición es el ejemplo de cómo un piloto puede sobreponerse, una y otra vez, a un problema tras otro, para acabar venciendo. Y no de cualquier manera, no, aplastando.
Por entonces Ari, de 32 años, ya había ganado 9 pruebas del mundial de rallies, y había sido campeón del mundo en 1.981. Era ya un grande de los rallies. Pero si en algo están de acuerdo los apasionados del mundillo es que el mito nació con esta victoria. Y se consagró y grabó en la historia con letras de oro con sus victorias en el Dakar y el Pikes Peak.
En los entrenamientos ya sufrió un espectacular accidente que casi le hace renunciar al rallye, ya que sufría fuertes dolores lumbares y tuvo que ser trasladado a un hospital. Pero de eso nada, consiguió estar en la salida a pesar de ello y de los dolores que le acompañaron toda la prueba.
Vatanen, en el Peugeot 205 Turbo16 comenzó mandando, con Walter Röhrl y su Audi Sport Quattro pegado a sus talones. Tras ellos, un increíble plantel de pilotos (hablamos de una época más que dorada de los rallies), pero en esta ocasión ninguno de los dos dio opción al resto.
Pero pronto Ari sufrió otro problema. A toda velocidad en un tramo cronometrado, un posible despiste hizo que sufriera un aparatoso vuelco. El Peugeot, volcado, se siguió deslizando hasta dar contra dos espectadores, los cuales quedaron heridos (por suerte, no graves). Estos incidentes suelen marcar psicológicamente a los pilotos, impidiendo su plena concentración para el resto del rallye y, por ende, alejándoles de la victoria en la prueba. Pero no esta vez a Ari…
Con dicho incidente, Röhrl se puso en cabeza. Pero no tardó Ari en recuperar el tiempo perdido y volver a ponerse en cabeza. Entonces, a cada tramo el Peugeot superaba constantemente al Audi hasta alcanzar una relativamente cómoda ventaja de algo más de 3 minutos, mediada la carrera.
Pero entonces Ari y su copiloto Terry Harriman pasaron un control horario 4 minutos antes de la hora a la que tenían que haberlo hecho. ¿Cómo es esto posible? Pues porque en el control anterior, los comisarios habían anotado un tiempo que debería haberse tomado de base para llegar al siguiente. Pero al sufrir un pequeño retraso a la salida de un tramo cronometrado, ese tiempo fue cambiado por otro, que es el que tendría que haberse aplicado. El error de los comisarios, no haber anulado el tiempo anterior; el del copiloto Terry, no darse cuenta del cambio.
De tener más de 3 minutos de ventaja, Ari pasaba a estar 8 minutos detrás de Walter. Un mundo. El jefe de equipo de Peugeot, un tal Jean Todt (¿os suena?) dio el rallye por perdido. Pero Ari no, en ningún momento, y salió con más ganas que nunca diciéndole a Jean “Vamos a ganar a pesar de todo”. Eso es fé en tu equipo y, especialmente, en uno mismo, y lo demás son tonterías.
Volvió a comerse la carretera y tramo a tramo, como había hecho ya al poco de empezar la prueba, comenzó a reducir la diferencia con el Audi de Walter. En estas se llegó al último tramo, el Col de Saint-Raphael. Aquí Röhrl quiso arriesgar y montó slicks con un ligero claveteado, mientras Vatanen puso ruedas de nieve. ¿Qué pasó? Que en la helada subida al Col el Peugeot de Ari adelantó en pista a Walter, cuyo Audi iba deslizándose al ralentí casi sin poder traccionar lo más mínimo en el hielo.
Ari Vatanen, que hacía unos tramos estaba estaba 8 minutos por detrás, acabó ganando por ¡5 minutos y 17 segundos! Posteriormente su jefe, Jean Todt, dijo “Ningún piloto había hecho tal hazaña. Sí, de verdad era de los mejores. Desde aquel día yo estaba en deuda con él para toda la vida”.
Esta fue el top ten de la clasificación de aquel apasionante rallye:
1º: Ari Vatanen – Terry Harriman – Peugeot 205 Turbo16: 10h 20min 49seg
2º: Walter Röhrl – Christian Geistdorfer – Audi Sport Quattro: + 5min 17seg
3º: Timo Salonen – Seppo Harjanne – Peugeot 205 Turbo16: + 10min 5seg
4º: Stig Blomqvist – Bjorn Cederberg – Audi Sport Quattro: + 19min 22seg
5º: Bruno Saby – Jean-François Fauchille – Peugeot 205 Turbo16: + 19min 56seg
6º: Henri Toivonen – Juha Piironen – Lancia Rally 037 Evo: + 22min 27seg
7º: Dany Snobeck – Jean-Pierre Bechu – Renault 5 Turbo TdC: + 48min 16seg
8º: Jean-Claude Andruet – Annick Peuvergne – Citroën Visa 1000Pistes: + 52min 23seg
9º: Massimo Biasion – Tiziano Siviero – Lancia Rally 037 Evo: + 53min 2seg
10º: Maurice Chomat – Didier Breton – Citroën Visa 1000Pistes: + 59min 11seg
Os dejo un enlace a un reportaje tras el rallye.