30 años de LA CARRERA de campeones

La carrera

Vaya por delante nuestra más sincera disculpa, pues esto tendríamos que haberlo publicado hace poco más de un mes. Pero… se nos pasó. Así que nos atendremos al dicho de “más vale tarde que nunca”.

Pongámonos en 1.976, en el Gran Premio de Alemania, celebrado en el viejo, largo y peligroso Nürburgring, de 20,8 km. El día que Niki Lauda casi pierde la vida a bordo de su Ferrari en un terrible accidente. La verdad es que es increíble que se salvara. Sí, a veces los milagros existen… Si ya la continuidad del “infierno verde” en el campeonato del mundo de F1 estaba al borde de desaparecer, dicho accidente lo confirmó. Así que en los siguientes años se empieza el estudio, diseño y posterior construcción de un nuevo Nürburgring de 5,1 km.

Demos un salto en el tiempo. A finales de 1.983 se finaliza la construcción de este circuíto que debe devolver la F1 a Nürburgring. Poco después, en el Salón de Frankfurt de 1.984, Mercedes presenta una versión deportiva de su berlina pequeña, el 190, hecha en colaboración con Cosworth, para homologar el vehículo que correría el DTM, y bautizado como Mercedes-Benz 190E 2.3-16. Es porque su motor era de Inyección (Einspritzung), 2.3 por su cilindrada, y 16 por su culata Cosworth de 16 válvulas. Un coche que obligó a su archienemiga, BMW, a crear otro icono, el M3.

Nurburgring

Hay dos novedades que promocionar en Alemania: por un lado el circuíto que debería devolver la F1; por otro, la berlina joven deportiva de la conservadora Mercedes-Benz. Y en una maniobra de marketing digna de constar en el mejor manual, a los responsables de Mercedes se les ocurrió una idea que dio lugar a una carrera que pasaría, desde el primer momento, a los anales de la mejor historia del automovilismo.

Se supone que este circuíto tenía que devolver la F1. Y se supone que Mercedes había presentado una berlina deportiva para ganar el DTM (aunque le costaría bastantes más años de los que pensaban, pero esto es historia para otro artículo). Así que, ¿por qué no hacer una carrera con estos coches pilotados por grandes personajes de la F1? Y reuniendo, además, a personajes pasados, presentes y futuros. La idea, por supuesto, no podía resultar más atractiva. Así que diferenciándolos en 3 categorías, Mercedes invitó a:

Pilotos leyenda: Sir Stirling Moss

Pilotos campeones: Sir Jack Brabham (1.959, ´60 y ´66), Phil Hill (1.961), John Surtees (1.964), Denny Hulme (1.967), Niki Lauda (1.975 y ´77), Alan Jones (1.980) y Keke Rosberg (1.982).

Pilotos reconocidos y promesas: Carlos Reutemann, John Watson, Klaus Ludwig, Manfred Schute, Jacques Laffite, Udo Schutz, Hans Hermann, Elio de Angelis, Alain Prost y Ayrton Senna.

Unos apuntes: ¿Por qué poner aparte a Moss? Es un piloto reconocido, sí, pero es mucho más que eso, es una auténtica leyenda. Pero no se le puede poner con los campeones porque… nunca lo fue. Inmerecidamente, sí, pero nunca lo fue. Es el reconocido siempre como “campeón sin corona”. En cuanto a Lauda, sí, fue campeón 3 veces, no 2, pero estamos en Mayo de 1.984 y la 3ª corona de Lauda fue… justamente en 1.984. En el momento de la carrera tenía 2 campeonatos. Y por último, no deja de ser curioso que no esté el ganador del último campeonato hasta la fecha, el de 1.983 (y que también lo fue en el ´81), Nelson Piquet. Pero bueno, teniendo en cuenta que lo fue con un Brabham… con motor BMW…

Como curiosidad, Ayrton Senna. En el momento de la carrera, Ayrton sólo llevaba 4 GP´s en F1, con un modesto Toleman-Hart. Está claro que ya se esperaba mucho de él.

Lauda Nurburgring carrera

Y con todo, vamos llegando al 12 de Mayo de 1.984, el día de la carrera. Pero los participantes fueron llegando días antes. Y con ello sucedió una curiosa curiosidad. Senna (24 años), un debutante en F1, aterrizó en Alemania y coincidió en el aeropuerto con un piloto ya consagrado y con algunas victorias, Prost (29 años). Poco podían imaginar lo que el destino les tenía preparados años después… Senna no tenía medio de transporte, así que Prost se ofreció a llevarlo en su coche. Hasta entonces apenas habían hablado, así que en las dos horas del viaje tuvieron tiempo para conocerse personalmente. Aunque para el primer enfrentamiento no haría falta esperar años, tan sólo días, hasta el océano de Mónaco… perdón, GP de Mónaco…

Mercedes, para demostrar las cualidades dinámicas de su nuevo modelo, los dejó completamente de serie, sólo agregando las oportunas medidas de seguridad (baquets, arneses y jaula antivuelco).

Se supone que esta carrera era para que todos estos pilotos se lo pasaran bien. Pero había piques personales y viejas rencillas que dilucidar, como por ejemplo entre Lauda y Hunt, cuando éste le ganó al primero el campeonato del ´76. Pero para Senna, un competidor y ganador nato, alguien para quien “el 2º es el primero de los perdedores”, esta carrera era mucho más. Era todo un novato en la F1, pero sabía que, si no era mejor que los demás, al menos sí tan bueno como ellos. ¿Y qué mejor ocasión para demostrarlo que una carrera con grandes pilotos todos con exactamente las mismas armas? Así que se la tomó muy, pero que muy en serio.

Reutemann Carrera Nurburgring

La gente hizo cola durante horas para conseguir una entrada para el espectáculo que estaba por venir. Pena que la carrera iba a ser de sólo 12 vueltas. Prost conseguía la pole y Senna el tercer puesto de la parrilla de salida. Si Ayrton ya estaba mentalizado en que esta carrera era una prueba de demostrar de qué era capaz, el no salir el primero sólo hizo alimentar su hambre de victoria. Y así se tomó la carrera, con una agresividad increíble, sacando la quintaesencia del Mercedes, aprovechando cada centímetro de la pista y dando muestras de su saber hacer. Lauda se coloca primero y Prost se va diluyendo. Senna sólo quiere ganar, no le vale otra cosa, y a 3 vueltas del final adelanta a Lauda escapándose hacia la victoria. El tercer puesto se lo quedaría Reutemann. Tanto para Senna como para el resto de los invitados, eso había sido, por cómo se había producido y comportado Senna, más que una “simple” victoria de una carrera promocional. Y ya a ninguno se le olvidó ese nombre, Ayrton Senna. Y después del GP de Mónaco de ese mismo año, mucho más…

Como hemos dicho, los Mercedes 190E 2.3-16 de la carrera eran coches estrictamente de serie, sólo añadiéndoles los citados elementos de seguridad. A cada piloto se le asignó un número (del 1 al 20), que cada coche lucía en el capó y en las aletas traseras, con el apellido de cada piloto en la parte baja de los laterales y de parasol. ¿Y qué fue de ellos? Pues tuvieron distintos destinos. A la mayoría se les quitaron las pegatinas y las medidas de seguridad y fueron vendidos como coches de ocasión de la marca. Estaría muy bien saber los números de bastidor de las unidades de la carrera, para saber si aún alguna de ellas sigue viva. A otros se les quitaron las pegatinas y se quedaron de coches de pruebas de la marca. Pero hubo uno, sólo uno, que se quedó tal cual acabó la carrera, hoy es patrimonio de la marca y lo tiene en su museo. Concretamente es la unidad que lucía el número 11. Sí, habéis acertado, es el del ganador, el de Ayrton Senna.

Senna carrera Nurburgring

¿Por qué a ninguna marca se le ha vuelto a ocurrir algo así? Sería fantástico que algún fabricante, para promocionar un nuevo modelo, organizara una carrera reuniendo a pilotos campeones y otros reconocidos de F1 de los últimos 25 años, ¿os lo imagináis?

Por último, además de desear que hayáis disfrutado leyendo este artículo, os dejamos un pequeño vídeo de aquella carrera. Fijaos en cómo va el número 11:

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